La actitud y la aptitud no son sólo dos palabras que de vez en cuando confundimos. Es algo más. Y, aunque fonéticamente se parecen, son muy diferentes.
La
actitud es lo que somos. Es decir, es nuestra personalidad y la capacidad que tenemos para resolver una situación laboral o para saber estar en una reunión de trabajo, por ejemplo.
Esta es importante porque es lo primero que los demás ven de nosotros mismos. De nada sirve tener un CV de 10 si tu actitud no es de matrícula. A las buenas personas todo el mundo las quiere en su equipo.
Por otro lado, la
aptitud es aquello que sabemos. Son nuestros conocimientos, todo lo que hemos ido aprendiendo a lo largo de nuestra vida académica y con nuestras experiencias laborales. Es la capacidad que tenemos para realizar cualquier función.
La importancia de esta parte es evidente: existen muchos puestos de trabajo a los que no puedes optar si no tienes las aptitudes necesarias para ello.
Pero las aptitudes no es lo único.
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sobre un ámbito concreto hará que podamos optar a mejores puestos de trabajo, pero, hoy en día, el valor personal y el saber estar es un valor añadido que se tiene muy en cuenta.
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Tanto actitud como aptitud son igual de importantes en un trabajo, y en la vida en general. Son las cualidades más valoradas por las empresas y ellas nos diferencian de la competencia.
Por eso, es muy importante tener definidas nuestras aptitudes y actitudes en nuestro
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y saber demostrarlas en una
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ENUMERAR NUESTRAS FORTALEZAS Y DEBILIDADES
Para conocer nuestras aptitudes y actitudes necesitamos ser sinceros con nosotros mismos y saber cuáles son nuestras limitaciones y nuestras fortalezas.
Debemos enumerar en una lista nuestras aptitudes, lo que nosotros sabemos hacer, y también las actitudes, qué podemos hacer y cómo.
Estas listas exponen de forma clara lo que podemos ofrecer a una empresa en el plano personal y laboral. Esta estrategia es muy favorable para las entrevistas de trabajo, pues se deja claro desde un primer momento qué funciones podemos desempeñar y de qué manera.
Por lo tanto, ¿cuál es el éxito de un trabajador? La respuesta es clara: tanto actitud como aptitud son igual de importantes. Y lo que es imprescindible saber es que el éxito no se puede alcanzar si ambas no van ligadas.
En ESERP, conocemos la importancia de tu preparación para el mundo laboral y ofrecemos una educación que te prepara para el entorno profesional. Porque formar a personas con actitudes como la tuya hace que nuestra labor merezca la pena.
